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del inicio complicado a la explosión en un Superclásico y tener una pieza en la mansión de Ronaldinho


“Una nota para hablar de fútbol. ¡Hace años que no me hacen una nota para hablar de fútbol!”, suelta con una sonrisa Maximiliano Gastón López al recibir a Clarín en una de las oficinas de Telefe. “Recién terminamos de hacer unas pruebas de salsas”, avisa el ex delantero de River, Barcelona y Milan, entre tantos, ahora una de las figuras estelares del popular reality de cocina MasterChef. Y aclara: “Hacemos la entrevista dónde ustedes prefieran”.

La primera sensación al conocer a Maxi López es que, en su actitud, no se parece demasiado a un jugador de fútbol de élite. “El futbolista que fui ha quedado muy lejos en el tiempo”, se sincera. “Hola, presidente”, lo saluda la actriz Julia Calvo, otra de las participantes del reality show, cuando lo ve en la sala. “¿Cómo te fue en las pruebas?”, se apura en preguntarle Leandro Leunis. Allá a lo lejos se maquillan Susana Roccasalvo, Marixa Balli y Sofía “La Reini” Gonet. “Aunque suene raro, esto se parece a un vestuario de fútbol. Una vez en un equipo de Italia teníamos jugadores de 16 nacionalidades distintas. Acá está el cantante, el músico, la actriz, el deportista, la periodista, el influencer”, señala mientras recibe el abrazo de cada uno de los que trabajan -atrás de cámara- en el programa de televisión.

Maxi pide permiso y se toma unos minutos antes de empezar la entrevista. En una agenda negra cargada de cosas suma extras con una lapicera que maneja con su mano zurda. “No nos tenemos que olvidar de lo de mañana”, les dice a las dos personas que lo ayudan con sus redes sociales. Contesta un mensaje en un celular y atiende un llamado en otro. En sus brazos, con letras enormes, lleva tatuados a sus hijos (Valentino, Benedicto, Constantino y Elle; también está próximo a ser papá de un varón junto a su pareja Daniela Christiansson) tal vez para nunca perder de vista que su trabajo más importante es el de ser padre. “Lo mejor de la vida”, dirá después.

-¿Te esperabas esta explosión mediática?

-Ya me habían invitado a participar del programa en años anteriores y siempre fue un no. Esta vez lo pensé mucho, lo hablé con mi familia. Y fue un sí porque creo que necesitaba internamente un cambio, quería hacer algo diferente. También fue importante mi compañera: ella me apoyó y me dijo que tenía que hacerlo porque me iba a divertir. Al final, en este momento de mi vida hago las cosas que me hacen sentir bien y que me divierten.

-¿Te sorprende el día a día en la calle?

-Un poco sí. Por ahí antes me paraba solo el futbolero hincha de River o de Boca, con quien nunca tuve problemas. Siempre me puse a conversar con todos. Ahora me para el nene más chiquitito o la señora más grande y me preguntan del programa; yo soy así como me muestro, disponible, abierto. Lo que se está viendo es lo que fue siempre Maxi, solo que por muchos años no lo mostré porque tenía un perfil más bajo. Y lo estoy disfrutando.

-¿Siempre fuiste de pensar mucho tiempo las propuestas?

-Siempre fui reflexivo. Hice un montón de cagadas, eh. Esas no faltaron nunca porque me equivoqué mucho en mi vida, pero sí pensaba mucho las decisiones, los cambios, las propuestas.

-¿Cuán lejos te quedó el jugador de fútbol que fuiste?

-Lejos, muy lejos. Cuando decidí colgar los botines (NdelR: en 2021 en Sambenedettese de Italia), me empecé a preparar en otras cosas. Pero me pasó de no sentir la necesidad de volver a estar en un campo de fútbol. Y me ocurrió algo raro porque mi deseo pasaba por mirar mucho más fútbol. Antes no me gustaba, me costaba mirar los partidos míos. Solo lo hacía por compromiso, cuando los cuerpos técnicos me pasaban los recortes. Lo que hacía era desconectarme automáticamente. Si teníamos un día libre, me desconectaba. Hoy por hoy me falta el fútbol jugado, pero miro si hay un partido de la tercera o cuarta división de cualquier país del mundo. Me siento, lo miro, lo disfruto. La paso mejor desde otro lado.

"Me equivoqué un montón en mi vida", le dice Maxi a Clarín. Foto Victoria Gesualdi. «Me equivoqué un montón en mi vida», le dice Maxi a Clarín. Foto Victoria Gesualdi.

-Es decir que no sufriste el retiro…

-No. Sé que algunos hasta sufren depresión. El otro día hablábamos con el Turco Husaín, que lo tengo acá en el programa. Él me decía que había tenido un pozo depresivo fuerte, que le costaba. No es fácil. Yo en realidad corté, quise cortar. Podría haber jugado algunos años más, pero quería disfrutar de otras cosas, como por ejemplo estar más tiempo con mi familia.

-Supongo que el balance de tu carrera te da un saldo positivo…

-Sí, sí: yo tuve un carrerón. Pero siempre me costó cada segundo en cada lugar y en cada parte del mundo. Me costó y me lo sudé. Yo comencé en Estrella de Maldonado de Palermo y de chico pasé a River; hice también todo el camino de las Selecciones juveniles. Pude debutar en el club de mis sueños, anotar goles y salir campeón. Ya de movida no podía pedir mucho más. Después estuve en equipos importantes con grandes planteles, viajé por muchas partes del mundo, aprendí distintos idiomas y comí diferentes comidas, que eso me da la base para hoy estar en el programa y tener una pequeña y delicada base.

-¿Siempre supiste que ibas a ser futbolista profesional?

-Lo que voy a decir no está bueno porque después me van a venir a reclamar mis hijos. Pero una vez una rectora de un colegio la agarró a mi madre y le dijo que yo solo pensaba en la pelota. No me importaba nada más; me costaba todo lo demás. Sabía que lo iba a conseguir porque lo sentía adentro mío, más allá de que es muy difícil llegar porque tenés que pasar muchas cosas. Yo pienso que no llega a Primera el jugador que tiene más calidad, sino el que mejor sabe superar los momentos difíciles, que van a ser un montón. Llega el que soporta las frustraciones de la mejor manera, el más constante.

-¿A vos te costó en algún momento?

-Yo no jugaba en Novena y en Octava. Me costó porque el entrenador no me veía. Recién a partir de Séptima empecé a tener rodaje. Fuimos campeones y me tocó ser goleador. Ahí pego el salto con 16 años. Y me viene a buscar un equipo inglés, el Fulham. Me hicieron una propuesta concreta para irme con mi familia. E Inglaterra era un país que me gustaba. Un año antes también había venido el Southampton. Entonces pasa lo del amistoso que arma River para probarme. Me acuerdo de que un día de semana, entrenando con la Selección, vienen Tocalli y Pekerman y me dicen que tenía que ir a River a jugar un amistoso con la Primera. Yo no entendía nada porque ni siquiera había entrenado con la Reserva.

-¿Vos estabas en River y organizaron un amistoso para verte?

-Yo supongo que deben haber pensado quién es este chico por el que vienen de Inglaterra. Y me quisieron ver. Fue un cachetazo para arriba. Organizaron un amistoso contra Racing un miércoles en el Monumental. Jugaron todos los titulares. Ganamos 2-0 e hice los dos goles. El sábado me convocaron para Primera y firmé mi primer contrato. Me cambió la vida en dos segundos. Ramón Díaz estaba de técnico y debuté días después con 17 años.

Maxi anotó 16 goles en 70 partidos en River; ganó 3 títulos. Maxi anotó 16 goles en 70 partidos en River; ganó 3 títulos.

-De todos modos, te costó afianzarte en Primera…

-Fueron años de idas y vueltas. Yo me preparé mucho para jugar el Mundial Sub 17 de 2001. Ahí tuve que decidir entre quedarme en River o jugar el Mundial de Trinidad y Tobago. Opté por ir con la Selección y cuando volví perdí mi lugar. Justo también arrancó Fernando Cavenaghi y la rompió.

-Todo hasta que llega el clásico contra Boca en la Bombonera del 16 mayo de 2004.

-Yo tuve un chispazo con Leonardo Astrada, que fue mi compañero y después mi entrenador. Él me dejó afuera de lista de la primera fase de la Copa Libertadores en ese 2004. Fue una frustración muy grande. Pero entrené más a morir en esos meses. Yo volaba, pero pagué la cagada que me mandé. Ese tirón de orejas me sirvió para estar bien físicamente. Imaginá que esa tarde en la Bombonera Marcelo Salas se lesionó a los 5 minutos y yo entré a jugar sin calentar. Estaba que me comía el pasto. Ganamos 1-0 con gol de Fer Cavenaghi.

-¿Entraste sabiendo que la ibas a romper?

-Y fueron un par de meses de comer y de tragar veneno. Quería revertir la situación y estaba super cargado. Se dio justo en la Bombonera, con visitantes, era lindo. Sigo pensando que fue un poco excesivo el castigo, aunque esas cosas educan.

-¿Fue tan grave la que te mandaste?

-No, llegué tarde a un entrenamiento. Leo alguna vez habrá llegado tarde a algún entrenamiento. Me la tuve que bancar. Lo importante fueron los referentes que estuvieron arriba mío. Ellos veían lo que podía dar y hasta fueron a hablar con Leo para que no me deje afuera de esa primera fase de Libertadores.

-A los pocos días de tu partidazo en la Bombonera te toca errar el penal en la semifinal de la Libertadores en cancha de River, la noche de la gallinita de Tevez

-Me acuerdo que estaba llorando desconsoladamente en el baño del vestuario y vino Leo Astrada a sacarme. Porque Leo me dejó afuera la la primera fase de la lista de Libertadores, pero también me incluyó para la segunda parte y tuvo enormes gestos conmigo. Jugamos tres clásicos en pocos días; entonces, pruebo el Olimpo en la Bombonera y después la debacle total que es errar un penal en una definición.

-¿Vos pediste patear el quinto penal?

-Sí porque había pateado el último contra Santos de México en la ronda anterior y estaba confiado. Por ahí era mucha responsabilidad, pero me gustaba. Lo que no sabía, o no le presté atención, mejor dicho, era que los arqueros veían los penales también. Lo tiré igual y el Pato Abbondanzieri lo adivinó. Me sirvió para aprender.

Maxi López festeja un gol en Barcelona con un joven Lionel Messi.  Maxi López festeja un gol en Barcelona con un joven Lionel Messi.

-Al poco tiempo vas a un gran Barcelona con Ronaldinho como estrella y un Messi que recién asomaba. ¿Qué recordás de ellos?

-Un Leo muy joven, que subía y bajaba. Cuando vieron que se bancaba las patadas de los tipos de 30 años, ya lo dejaron en el plantel. En ese Barcelona yo era el más chico, con 20 años, y Leo tenía 16. Ahí vivía con unos amigos y Leo estaba bastante con nosotros. Ya se veía que iba a ser especial. Y Dinho un crack como jugador y persona. Lo que hizo conmigo los primeros meses después lo repitió con Leo.

-Lo dije en muchas entrevistas: ya siendo una superestrella, él me ayudó mucho. Dinho era un show para todos nosotros cuando agarraba la pelota adentro del vestuario. Nos quedábamos todos mirando las cosas que hacía. Y afuera de la cancha también un diez. Yo tenía una pieza en su casa. Un día, de la buena amistad que pegamos, agarró un marcador y en una puerta escribió M11. ‘Este es tu cuarto’, me dijo. Yo después hice lo mismo en mi departamento: a una pieza le puse R10. Igual, era con todos así como era conmigo, tenía una luz diferente.

-¿Fue muy grande el salto de pasar a Barcelona?

-Fue llegar a las grandes ligas, pero ya venía con una base fuerte de River; es decir, mentalmente estaba preparado. Ese equipo era increíble, tenía una onda bárbara. Yo me sume en enero y todo estaba muy aceitado. Mi llegada se da a último momento porque tenía todo cerrado para ir a Benfica. Antes de firmar en Portugal me avisan que estaba la chance de Barcelona y que estaba en una lista de tres jugadores. Me seleccionaron a mí. Fui a España, firmé el contrato y los dirigentes me regalaron una carpeta con todas cosas mías desde los 12 años. Me contaron que me seguían desde hacía mucho tiempo. En la carpeta aparecían hasta los nombres de mis amigos del barrio.

-¿Se divertían mucho en ese plantel abanderado por Ronaldinho?

-Cuando los resultados son positivos, todo fluye. Jugábamos el miércoles y ganábamos por tres goles, lo mismo el domingo. También hay que tener en cuenta que éramos todos pendejos: yo tenía 20 años, Thiago Motta 22, Deco un poquito más, Dinho 25.

"Tenía una pieza en la casa de Ronaldinho", contó López. (ap photo_manu fernandez)«Tenía una pieza en la casa de Ronaldinho», contó López. (ap photo_manu fernandez)

-Jugaste muchos años en Europa y a un buen nivel. ¿Nunca te influyeron los problemas mediáticos? ¿Llegaron a sacarte de eje?

-Yo tuve dos momentos críticos en mi vida. Cuando era joven, a los 12 o 13 años, pierdo a mi viejo y me resguardo en el fútbol. Me puse a entrenar más y canalicé la tristeza en el fútbol. Y cuando me separo y se arma todo el quilombo mediático, lo mismo. Fueron dos momentos muy importantes en mi vida personal y deportiva, donde me escapaba de todos los quilombos cuando iba al vestuario, cuando jodía con los pibes. En los partidos se apagaba todo. Obviamente no fue fácil, pero lo manejaba así.

-¿Te llegaba todo lo que salía y se decía en los medios?

-Todo. Era terrible. A mí me pasaban cosas a la noche en Europa y al otro día a la mañana ya salían en todos lados. Fueron muchos años de quilombos. Creo que lo manejé bien. Jugué siete años más y bastante arriba de nivel. Hay pibes que no lo pueden pasar o lo resuelven de otra manera.

Su faceta empresarial y el fútbol actual.

En julio de 2022, López fue noticia al convertirse en el primer argentino dueño de un club británico al adquirir el Birmingham City, que participa en el Football League Championship, la segunda división del fútbol inglés. Maxi fue parte de un grupo que negoció por varios meses con los propietarios del Birmingham Sport Holdings (BSHL). Fundó la empresa Maxco junto a Christian Codoma y se asoció con Paul Richardson, reconocido hincha del club y dueño de una marca de ropa deportiva.

"Para ser entrenador hay que tener pasta y yo no me veo", dijo López. Foto: Victoria Gesualdi.«Para ser entrenador hay que tener pasta y yo no me veo», dijo López. Foto: Victoria Gesualdi.

“Ya no estamos en el club”, le aclara a Clarín. Y explica: “Cuando me retiré me fui a vivir a Inglaterra, que era algo que tenía pendiente. En un momento estando en River también me vino a buscar el Arsenal y no me dejaron ir. También, jugando en Italia, pude haber ido al Tottenham. Entonces, siempre estuvo el proyecto de ir a Inglaterra. Ya estando ahí en mi primer año empecé a buscar esto de meterme en algún club. Siempre me gustó el management deportivo. Quería seguir vinculado al fútbol pero desde el lado del escritorio. Estuvimos casi un año y medio en el Birmingham y fue espectacular. Nosotros salimos y agarró Tom Brady, que hizo la serie documental. Era el plan que teníamos. Lo que pasó fue una investigación muy importante a la propiedad china, que era con la que estábamos comprando nosotros, y decidimos hacer un paso para atrás porque no queríamos estar vinculados en cosas con ellos”.

-Decís que te gusta mucho mirar fútbol. ¿No te ves como entrenador?

-Para ser entrenador tenés que tener ese deseo de entrenar, que no es solamente prepararse tácticamente: tenés que ser psicólogo de 30 pibes, más las familias, los medios, los dirigentes, los hinchas. Tenés que ser un un gestor de emociones. Hay que tener pasta y yo no me veo. Entrenar no es algo que me atraiga.

-¿Cambió mucho el fútbol en los últimos años?

-Para mí hoy es otro deporte. No solo en el análisis y en la preparación. Ya hay técnicos europeos y sudamericanos por todos lados y las metodologías se conocen. Y los jugadores ahora son atletas por la dinámica del juego. Antes, si no eras atleta, podías jugar tranquilamente. Y no era uno: eran varios por equipos. Hoy, si no estás al 100 por ciento, no podés jugar.

-¿Maxi López podría jugar en este fútbol?

-Yo era una referencia de área, más allá de que me podía adaptar a jugar por afuera. Pero en este fútbol hubiese tenido más chances de gol por partido. Antes tenías una o dos y ahora un delantero puede llegar a tener hasta seis oportunidades por juego.

-¿Los calendarios están exprimiendo a los futbolistas? ¿Cuál es tu visión, teniendo en cuenta que estuviste en los dos lados del mostrador?

-Si me pongo del lado del futbolista, es demasiado. Es muy difícil tener 70 partidos de alto rendimiento. Por eso los jugadores se lesionan tanto. Yo me lesioné tres o cuatro veces en mi carrera y ahora un jugador se lesiona tres veces por año. Pero, si te ponés en la piel del espectador, pedís partidos todos los días. Igual, son muchos los partidos.



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